Hay momentos, en los que es necesario trabajar unidos para salir adelante. La crisis del coronavirus es uno de ellos. Por eso, cuando leí acerca del proyecto #SalimosCodoaCodo decidí sumarme al instante.
Se trata de una iniciativa en la que profesionales de marketing digital, estrategia de negocios, diseño, entre otros, ofrecen sus servicios para ayudar a empresas cuyas operaciones se vieron afectadas durante la crisis.
Es posible postularse para brindar ayuda, así como para recibir asesoramiento. Es una iniciativa abierta a personas de diferentes partes del mundo.
¿Cómo funciona?
Como voluntario, completas el formulario e indicas tu área de expertise. El equipo de #SalimosCodoaCodo evalúa tu aplicación, te matchea con otro profesional con otra experiencia y te presenta a una persona que necesita tu ayuda. Durante la presentación, además de indicar brevemente las necesidades del “cliente”, establecen “reglas de respecto” y ofrecen herramientas para que la relación sea lo más fructuosa posible para todos.
Como empresa, completas otro formulario y te envían los contactos de las personas que se ofrecen a ayudarte durante un máximo de 3 horas por semana.
Mi experiencia con #SalimosCodoaCodo
Mi experiencia fue buena desde el primer momento. La página web tiene una interfaz simple e intuitiva que hace fácil que te puedas sumar. Me encantó que los organizadores enviaran recursos y un instructivo con las reglas de juego para hacer que las expectativas de cada parte queden claras. Creo que esto ayuda a reducir la fricción y maximizar los resultados.
En mi caso, hicimos equipo con Memi Zorzin para ayudar a Enzo Lubrano con su proyecto Monte Pasubio. Se trata de proyecto sustentable en Quequén, provincia de Buenos Aires. Es un centro turístico frente al mar con la misión de promover el turismo sustentable y generar un cambio de hábitos positivos a través de una experiencia de conexión real con la naturaleza.
Es interesante tener la oportunidad de trabajar juntos desde diferentes puntos del planeta: Casilda, Provincia de Santa Fé (Memi), Necoche (Enzo) y España (yo). Además, hablando encontramos que los tres habíamos estado en contacto anteriormente de alguna forma u otra, lo que convierte la experiencia en algo aún más mágico.
Poder sentirse útil en estos momentos de confinamiento me llenó de energía. Conocer que existen personas dispuestas a ayudar a otro, me llenó de esperanza. Si tienes tiempo extra, o necesitas ayuda para impulsar tu negocio que sufrió durante esta crisis, te invito a sumarte a #SalimosCodoaCodo. No te vas a arrepentir.
Escrito por Laura Vaillard, directora y fundadora de Medialo Consulting