
Escrito por Laura Vaillard
A veces, los especialistas en marketing son percibidos como magos y hechiceros modernos que usan una variedad de trucos, humo, mucho humo, y espejitos de colores para vender productos. Mientras que antes estos personajes tenían que viajar de pueblo en pueblo para persuadir a su público, hoy en día, los especialistas en marketing pueden llegar al mundo a través del clic a través de correo electrónico y plataformas de marketing en redes sociales.
Sin embargo, creo que el marketing de hoy en día es mucho modernas e innovadoras plataformas electrónicas: debe haber una persona detrás del esfuerzo que sepa realizar estrategias.
Se necesita agallas para ser un marketinero porque nuestro trabajo siempre está expuesto: ya sea para recibir el aplauso o el golpe. Cuando nuestra idea es un éxito, es emocionante enfrentar a los colegas y familiares, celebrar y disfrutar de la fiesta. Sin embargo, cuando se trata de un fracaso, se necesita una verdadera resiliencia para reconstruir nuestro ego, aprender de la experiencia y salir a intentarlo de nuevo.
Sin embargo, esta ciencia inexacta es una de las cosas que más amo de mi profesión. Nada es seguro y muchas veces estás dando un salto de fe basado en tu experiencia e instintos. Por lo tanto, es necesario estudiar continuamente, realizar un seguimiento de las nuevas tendencias, combinar conceptos, crear una nueva fórmula y probar los resultados.
Es estresante vivir en la incertidumbre continua. Pero también es emocionante ser parte del proceso creativo y lograr entusiasmar a otras personas con lo que estamos haciendo.
Los marketineros somos más que magos tratando de sacar un conejo de la galera. Somos más bien como artistas a punto de subir al escenario, preguntándonos si nuestra idea recibirá una gran ovación o un abucheo sonoro. Sin embargo, no podemos resistirnos a salir y descubrirlo. El show debe continuar. Prendan las luces que aquí voy. ¡El show siempre debe continuar!